miércoles, 17 de mayo de 2017

A por "50 Palos" más

Jarabe de Palo está de celebración con su gira “50 Palos”, que forma parte de una triada completada con su libro y disco del mismo título. 20 años encima del escenario a la par que el 50 cumpleaños de su protagonista, Pau Donés. Un artista que, lamentablemente, ha estado más de actualidad en los últimos meses por su enfermedad que por su música. Pero aquí lo que nos interesan son sus canciones y los dos conciertos que el pasado fin de semana ofreció en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza con todas las localidades vendidas.

Hacía bastante tiempo que Jarabe de Palo no se dejaba ver por estas tierras y en las últimas ocasiones había visitado escenarios más pequeños como La Casa del Loco. Sorprende que un artista al que se le ha criticado muchas veces por la simplicidad de sus textos o por su sonido poco elaborado, ahora sea elogiado por la sencillez profunda de sus letras o por el acierto en la revisión de algunos de sus clásicos al presentarlos en un nuevo formato más cercano al intimismo jazzista. Es maravilloso que Pau Donés ponga el cartel de “no hay entradas” dos noches seguidas en un escenario de nivel en nuestra ciudad, pero a mí me da que pensar en cuánto hay de morbo o de oportunismo en esto. Porque yo he seguido de siempre a este músico y he ido viendo como su público ha ido decreciendo en nuestro país a medida que aumentaba en otros escenarios como los americanos. Este interés actual no hace sino sorprenderme, aunque a la vez me alegra que sea reconocido, pues la carrera de Jarabe de Palo no ha dejado de ser fiel a sus principios (sencillez en sus textos y una dirección muy clara y desprovista de grandes artificios en su música). Y si no que se lo pregunten a la gran variedad de artistas que han colaborado con el músico catalán, que van desde Joaquín Sabina a Carlos Tarque pasando por Antonio Vega, Ketama o Alejandro Sanz, por citar algunos. Con este disco su propuesta ha crecido, puede decirse que se ha vestido de largo y ha madurado, aunque tras 20 años de carrera hablar de “disco maduro” está algo fuera de lugar, lo sé. Jarabe de Palo nos presenta ahora una revisión de 21 canciones de su carrera, la mayoría de ellas muy celebradas por su público fiel, junto a una composición nueva, ese “Humo” que se ha vuelto un canto a la vida.


Pau Donés se presentaba esta vez en Zaragoza con una banda renovada para ofrecer un concierto más íntimo y alejado del rock. Jordi Vericat al contrabajo, Jaime de Burgos al piano y Andrea Amador al violonchelo se unían al protagonista de la noche para desvestir sus canciones y darles un nuevo enfoque más cercano, por momentos jazzy, un cara a cara con el oyente. Es en esta distancia corta y desprovista de electricidad cuando sus canciones ganan enteros y se disfruta más de esa belleza de sus letras tan íntimas a la par que directas. Ya logró cautivarme al escuchar el disco recién publicado, pero he de decir que el directo constata que por este camino Pau Donés tiene mucho más que decir. El concierto repasó los 22 temas de este disco con los mismos arreglos que aparecen en el mismo: guitarras acústicas, piano, contrabajo, violonchelo, toques de percusión y en momentos puntuales algunas programaciones. Pero no se salió del guión, únicamente interpretó los temas de este último disco, que sirven como recopilación, pero no revisitó ninguna otra canción que pudiera sorprender a aquellos que ya habíamos escuchado sus “50 Palos”. Claro que, vistas las filas para comprar su disco y libro después del concierto en el stand de merchandising, quedaba claro que muchos de los presentes no habían escuchado antes los arreglos de estas canciones y de esa manera el concierto pudo ganar enteros, porque estos arreglos son mucho más certeros en su primera escucha, con ese factor sorpresa, pero si el disco se ha escuchado antes, lo que se ofrece en el concierto no es ni más ni menos que lo mismo que en CD salvo con un cambio de orden evidente. A pesar de esto el concierto fue de los mejores que he visto de Jarabe de Palo en los últimos diez años, exceptuando esos inicios con más fuerza en su etapa de mayor éxito entre “La Flaca” y “Depende”.

El repertorio del domingo lo abrió “Mucho más, Mucho mejor” con la única compañía de un ukelele, y poco a poco fueron aumentando las aportaciones de sus músicos con “Dicen”, “Tiempo” y “Depende”, momento en el que Pau Donés invitó al público a corear sus canciones, ya que aunque estuvieran en un teatro, éste era un concierto de Jarabe de Palo y, por supuesto, estaba más que permitido cantar. “Estamos prohibidos” sonó tal y como se versiona en el disco, con una programación y teclados con sonido retro e inmediatamente se pasó a un momento más sentido con “Déjame vivir” y “Mamá”, donde Pau recordó a su madre, que se fue hace mucho tiempo, pero a la que le hubiera encantado ver que su hijo hacía algo “serio”: ¡¡un concierto en un teatro!! También invitó en ese momento al público a vivir la vida sin miedo y a disfrutar del presente, porque tal y como reza una de sus canciones “el futuro no existe”. “Bonito” y su grito sin tapujos de “bonita la vida” enlazaba con uno de los temas más interesantes de la reciente discografía de Jarabe de Palo, me atrevería a decir que la mejor canción contenida en sus tres últimos álbumes. Estoy hablando de “Hoy no soy yo”, que con la acústica en primer plano se convierte en un tema más efectivo si cabe.


Uno de los momentos más esperados del concierto no era la interpretación de su gran éxito “La Flaca” sino la de su última composición, esa delicada canción que es “Humo”, el mejor tema que podía ofrecer Pau Donés en una época tan difícil como la que ha atravesado. Un canto a la vida o más bien a su amor por la vida, que consiguió emocionar a todos los presentes y yo diría que también a él mismo. “Yep” nos mostraba en la pantalla de fondo a un Pau vitalista mientras él mismo imponía el ritmo detrás de las congas. “Qué bueno, qué bueno” y “Me gusta cómo eres” volvieron a frenar el ritmo para llevarnos hasta “Agua”, con un público entregado que acogía de la mejor manera posible las nuevas versiones de sus clásicos. “Completo incompleto” me emocionó como ninguna otra, ya que la considero su canción más grande, por lo que incluirla en este disco y en el concierto del domingo no deja de ser algo especial para mí.

Con el humor que también le caracteriza, Pau nos contó la historia de fondo de “No te duermas”, así como su primer concierto fuera de Cataluña, concretamente en Aínsa, lugar al que fueron invitados por dos de sus seguidores que se encontraban presentes en el teatro y a los que Pau animó a subir al escenario para fundirse en un abrazo y recibir la ovación del público. Arrancaba así la recta final del concierto que siguió con “Te miro y tiemblo”, “El lado oscuro”, “Dos días en la vida” (con recuerdo a Celia Cruz incluido) y, ahora sí, “La Flaca”, canción en la que la foto de su protagonista presidió el escenario y con la que los cuatro músicos se despidieron.


Estaba claro que iban a volver y, como dijo el protagonista de la velada, este gesto de marcharse para los bises no sabe por qué lo hacen, aunque si lo hace Jagger o Bunbury, “¿cómo no lo voy a hacer yo?”. Los ases que guardaba en la manga para despedirse definitivamente de los zaragozanos fueron “Tú me hacías sonreír” y “Grita”, otra canción vitalista, como fue toda la noche a pesar del tono más íntimo de la interpretación, en la que Pau Donés subió a cantar entre las gradas del público y pidió para terminar que Zaragoza se acordase de ellos y no tuvieran que tardar tanto en volver a vernos. Una vez abandonaron el escenario definitivamente comenzaron a sucederse imágenes de toda la carrera de Jarabe de Palo en la pantalla del escenario repasando así su trayectoria completa (y sus cambios de look) para cerrar una noche redonda.


El público interactuó con Jarabe de Palo mucho más que en anteriores ocasiones e incluso Pau Donés estuvo más locuaz una vez el concierto fue rodando, haciéndonos partícipes de anécdotas y comentarios mordaces que animaron la velada. Cuando el concierto terminó eran muy numerosas las personas que se agolpaban para que Pau les firmara discos y libros, mostrando así el dulce momento artístico que está atravesando. Espero que esto no sea un simple espejismo o un aumento del tirón causado por el oportunismo y se reconozca así una carrera cuando menos coherente y siempre segura en una línea marcada por la sencillez, el vitalismo y la cercanía con el oyente. 

¡¡Por otros “50 Palos” más!!


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