martes, 18 de diciembre de 2012

El directo hace justicia

Una de mis mayores pasiones es disfrutar de la música en directo. Soy de los que cree que un artista se muestra tal y como es frente a su público, sin artificios. El directo nos deja ver todas las virtudes y defectos de los artistas y las canciones nos enseñan sus aristas claramente. Es cierto que algunos artistas disfrazan sus canciones en directo con el añadido de programaciones y sonidos pregrabados que acerquen más lo que suena en vivo con lo que concibieron en su disco, pero aun así el directo tiene la capacidad de engrandecer o empequeñecer a un artista.
Estas últimas semanas estoy disfrutando de la grabación de la última gira de Coldplay en DVD (intento utilizar este formato siempre que no puedo asistir a algún concierto deseado). Me gusta ver las grabaciones que los artistas hacen de sus giras como si estuviera en el mismo concierto: con las luces apagadas, en la complicidad de la noche y con unos buenos cascos para disfrutar del sonido con buena calidad y adecuado volumen. Aunque no pueda disfrutarse del concierto en toda su magnitud puedes conseguir acercarte a las sensaciones reales si lo intentas.
El lanzamiento de la última gira de Coldplay en DVD muestra varios conciertos realizados por el grupo durante los años 2011 y 2012 en Madrid, Toronto y, principalmente, en París. Podemos ver al grupo en uno de sus mejores momentos: entregado totalmente a su público, disfrutando de cada una de las canciones, emocionándose con los impresionantes efectos visuales de su gira junto con sus seguidores y mostrándonos un sólido repertorio que, aunque basado en exceso en su último disco, nos deja ver a un grupo cada vez más maduro y seguro de sí mismo. Es cierto que en algunos momentos del metraje Coldplay parece acercarse mucho a algunos recursos mesiánicos explotados en directo por U2, pero, poco a poco, este grupo va ganando solvencia y un sitio más que merecido en la historia más reciente de la música.
Lamentablemente no pude asistir a ninguno de los dos conciertos que el grupo ofreció en España desde el lanzamiento de su disco “Mylo Xyloto” en octubre de 2011. Prácticamente hasta ahora todo lo que había oído hablar de esta gira era sobre su grandilocuencia y su enorme gasto con las pulseras de luz que repartían a todos los asistentes a los conciertos. Pero el concierto va mucho más allá de esos comentarios. Por supuesto que es una gira grandiosa, pero es que el grupo está en su mejor momento de popularidad, y claro que las pulseras fueron una inversión excesivamente costosa para la gira, pero es que llenan de emoción y consiguen un impacto directo en el espectador impagable (no me puedo imaginar lo emocionante que sería este efecto en directo).
Además, en las críticas, casi nadie hace referencia al repertorio y creo que las canciones de “Mylo Xyloto” son todavía más grandes después de oírlas en directo. Se echan en falta algunos temas de discos como “Viva la Vida” o “X & Y” que estaban sonando en la gira, pero creo que la selección para el resumen de la misma en el DVD es más que acertada y hace justicia con el momento de gloria del grupo. Ya sé, algunos dirán que este grupo se ha ido vendiendo al mainstream, pero creo que su calidad está por encima de todo esto y el efecto de unir a todo el público de una generación es más que palpable. Sí, me confieso seguidor de este gran grupo y les doy mi más sincera enhorabuena por este gran trabajo y por su tremendo directo en esta gira 2011-2012. Lástima no haberlo disfrutado más de cerca…
El directo hace justicia.





lunes, 10 de diciembre de 2012

Exámenes y Rolling Stones

En estos días cercanos a la Navidad leo insistentemente listas de los mejores discos del año de revistas especializadas y, normalmente, no me dicen nada. ¿Estrategias de marketing?, ¿Modas? Yo sigo creyendo en lo que me mueve por dentro y mis listas de los mejores discos del año no suelen coincidir con las de los más entendidos. Pero bueno, ya os enseñé algunos de mis discos decisivos y no voy a hacerlo en este momento con los discos de este año que está a punto de terminar.

Últimamente me muevo entre montones de exámenes de final de trimestre, ilusiones navideñas y discos de los Rolling Stones. Sí, están al día por los conciertos de su 50 aniversario, pero también están al día en mi cabeza porque, gracias a las muchas ofertas lanzadas para promocionar su recopilatorio GRRR!, estoy haciéndome con sus discos más interesantes y renovando así algunos de mis viejos discos piratas: "Sticky Fingers", "Exile on Main Street", "Some Girls", "Tatoo you", "Voodoo Lounge" o "A Bigger Bang". Tenía que hacerme con ellos en estos días de fin de año donde pasa por mi cabeza el rock más clásico y dejo algunas de esas propuestas de las listas de "lo mejor del año" para más adelante, cuando se crucen por mi camino esos discos sin necesidad de que se me impongan por el antojo de las tendencias más entendidas.

Esto es lo que voy a seguir haciendo: disfrutar de lo que verdaderamente me llena, ya sea el rock de The Rolling Stones, la melancolía de Glen Hansard, la plasticidad de Antonià Font, la frescura reveladora de M83 o la energía pop de Coldplay.